Una vez más, la Sra. Garrison es abandonada, pero esta vez decide desquitarse con su clase de cuarto grado. Cuando los chicos finalmente se cansan de los cambios de humor erráticos de su maestra y de las tareas excesivas, descubren que hay personas a las que se les puede contratar para ayudar en cualquier situación. Mientras tanto, la Sra. Garrison descubre que la vida sin hombres tiene sus ventajas.