Stan y su familia pasan su cumpleaños en el Acuario de Denver, donde podrán nadar con los delfines. Las cosas se ponen sangrientas cuando los japoneses atacan, matan a todos los delfines y arruinan el gran día de Stan. Parece que no hay fin para la matanza sin sentido. Stan se une a la causa para salvar a los delfines de los japoneses.